En los bosques del sur, donde los ríos cantan y el sol se filtra entre hojas doradas, nació el espíritu del Guacamayo Dorado, guardián del color y del canto eterno.Cuenta la historia que un artesano soñó con este ser y, al despertar, talló su rostro junto al del hombre para recordar que la alegría de la naturaleza vive dentro del alma humana.

El dorado simboliza la sabiduría del sol, el rojo la fuerza vital del corazón, y el verde la esperanza que renace en cada amanecer.Cada trazo de barniz y cada destello de luz reflejan la unión entre el hombre, el arte y la selva.

Quien mire esta máscara con gratitud podrá escuchar el eco del guacamayo recordándole que la vida, como el color, solo brilla cuando se comparte.